Flacas o gordas, bienvenidas las vacas

No se descubre nada si se dice que el tenis argentino no pasa por un buen momento, alcanza con ver lo que sucede en el circuito, por lo que algunos podían animarse a hablar de los consabidos tiempos de «vacas flacas».

Con tan sólo 4 jugadores en el Main Draw de caballeros del US Open 2015 (ninguna chica), Argentina tuvo una de las menores concurrencias en un Grand Slam en los últimos cinco años. Sólo igualado por el Australian Open 2014 y superado por Wimbledon del mismo año, con 3. Encima, en el tercer día de competencias, en segunda ronda, se despidió el último.

En el mismo período, pero con mayor concurrencia de jugadores argentinos, ya se había quedado sin argentinos en la misma ronda el Australian Open 2011, ’14 y ’15, Roland Garros 2013 y el US Open en la misma temporada.

Además, a esta altura del año, los tenistas argentinos no han conseguido ningún título en torneos ATP, y teniendo en cuenta los certámenes que cierran la temporada (superficie dura, rápida y cancha cubierta), tal vez el tenis argentino culmine con un «cero» en títulos en 2015.

Una rareza, después de más de tres lustros de dominar superficies y de hasta pelear torneos de Grand Slam, pero como dijo el gran filósofo argentino contemporáneo Gastón Gaudio, «es lo que hay». De todas maneras, lo que hay no es poco.

Ronda_argentinos

El antecedente más cercano de una situación similar es 1997, cuando la sequía tocó fondo y, como dijo Benedetti, «lo único que cabe es ir mejorando».

Eran momentos de Argentina en Zona Americana de Copa Davis, jugando en Mayling con 200 personas en las tribunas, hasta que en octubre de 1998 (el año del regreso de Agassi, de Korda ganando Australia con dopping positivo y del Chino Ríos como N°1), un joven Mariano Puerta daba comienzo a una nueva era para el tenis argentino con el título en Palermo.

Pero este año no puede alejarse de las rarezas, no! Argentina está en semifinales del torneo más importante por equipos que tiene el tenis, la Copa Davis, y esto les hace pensar a algunos en «vacas gordas». Las carencias de un lado hacen aparecer fortalezas por otro sector, tal vez, el menos esperado.

Algunos dirán que hubo ausencias de rivales o que favoreció el sorteo. Pienso igual, tan igual que también me doy cuenta que hubo ausencias en el tenis argentino, que llegamos a finales y que perdimos antes por lesiones o ausencias de propios y rivales, que el deporte tiene esto. Que España está en la «B», que ni Italia ni Alemania ni Estados Unidos está en semifinales, está Argentina, con los mismos jugadores que, hasta el momento, no han conseguido demasiado para sus propias vitrinas. Son los mismos que han ganado lo que tenían que ganar y un poco más también, eso hay que reconocerlo. Es por eso que entiendo que lo merecen, y que lo merece el tenis argentino, porque es una cabal muestra de su historia y de lo que es históricamente: lucha, trabajo y esfuerzo individual, en este caso, para lograr un deseo colectivo.

Que son «flacas» o que son «gordas», no importa, ¡todavía hay vacas! Y eso es bueno.

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