Juan Martín del Potro le comunicó al capitán que podía jugar el match de doble. Reunión: «¿Y después cómo seguimos?» Debe haber sido la pregunta que surgió de alguno de los integrantes. Pero la posición siguió siendo la misma.
Con el resultado ya puesto, puede ser muy fácil hablar. Pero analicemos, esto tiene dos puntas: a) Era un tema físico, b) Era lo que quería jugar.
a) Si era un tema de que su físico no le daba para jugar un single, nada de qué hablar, se hizo lo que debía hacerse.
b) Si lo que quería jugar era el doble, hay dos posibilidades: 1) cerrar la serie, 2) no quería jugar el quinto punto.
Acá caemos en el ¿por qué Del Potro no quiere jugar el partido que puede darle la gloria o marcarlo en una derrota? La pregunta podría ser una respuesta circular, o sea, algo que nos volvería a meter en las mismas preguntas y desencadenarían las mismas respuestas, hasta llegar al mismo punto de partida.
Hasta ahí, todo bien, pero, para complicar las cosas, apararecieron twits que le fueron leídos al capitán por los periodistas y que parecían tener más información que la que el mismo Orsanic decía poseer.
Me tomé el tiempo y la libertad de hacer un pequeño y dirigido rastrillaje, con buenos resultados. Siguiendo los rastros de los twits y comentarios, aparecieron algunos periodistas y comunicadores en redes sociales, presentes en Glasgow y otros en Argentina que -palabras más, palabras menos-, decían lo mismo. Hoy circularon twits, y comentarios similares a ellos, que hablaban sobre el estado físico de Del Potro, y varios antes de que comenzara el match de dobles.
Lo extraño fue que aparecieron antes del doble, lo llamativo fue que apareció desde las mismas proximidades de Del Potro y lo sorpresivo fue que fuera desde el intestino mismo del equipo, cuando se tiene tanto recelo en guardar algunas cosas nimias y casi sin importancia.
Esta operación de prensa, obvio que lo es, no me queda claro hacia dónde fue dirigida: A) explicar sólo a algunos elegidos el estado físico de Del Potro (después no se quejen si dejan que el resto que adivine) o B) viralizar una fantasía con algún propósito que persiga marear a los rivales o bien ayudar a engrandecer un posible triunfo. En este último caso, no lo creo, porque Del Potro no lo necesita, es un CRACK con mayúsculas. Con lo hecho desde junio, no tiene nada que esconder ni de qué esconderse.
Ya se sabe lo difícil que es construir una imagen, también, lo fácil que es tirarla abajo. Para el gran público en la Argentina, la ausencia de Del Potro en el quinto punto sería una bola demoledora que dejaría sólo escombros de la estructura sobre la que hoy ha logrado encumbrarse la imagen del tandilense, después de lo hecho en estos últimos meses, días.
Algunos piensan que, para sostenerla, debe entrar con lo que le quede y, en todo caso, resignar sobre la superficie del Emirates Arena los últimos residuos del combustible que le quede, o será un volver a empezar.
En el US Open le comentaba que la gente ya no espera que vuelva, sino que, después de lo que hizo, ahora le exige. Hoy lo está haciendo, muy a pesar de él y sus pedidos de paciencia.
El discurso del capitán es que la inclusión de Del Potro en el doble fue para «intentar cerrar y por su condición física». La arriesgada apuesta del viernes dio un resultado que muy pocos esperaban, y se fue por más. Pero el «0» se llevó todo. Quedan unas fichas más, veremos cómo las usan.
No obstante, como coincidimos con un dirigente y gran conocedor del tenis -caminando por las callecitas de Glasgow-, todos seguimos tirando para el mismo lado, todos queremos llegar a la final este año y, si es posible, llevar la Ensaladera al país del asado. Porque este equipo y todos los que pasaron por él se lo merecen. Sí, TODOS, y se lo merecen. No sólo los jugadores que llegan y ganan, también los que lo intentan, los que acompañan y los que, aunque se encuentren a miles de kilómetros, siempre están cerca.
El tenis argentino se lo merece.